La vida de Marcelo
Icaza Ponce fue de constante superación”
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El sábado 28 de
septiembre murió en Quito un gran hombre y amigo, tras dedicar gran parte de su
vida al servicio público en el foro especializado, la cátedra universitaria y
la vigencia plena de la justicia, sin descuidar sus responsabilidades de
ciudadano, esposo y padre. Ante su catafalco queremos rendirle un homenaje de
amistad y compañerismo.
Marcelo Icaza Ponce
fue un hombre bueno. Personalmente lo recuerdo circunspecto en la vida pública.
Lo conocí en1960 cuando chúcaro iniciaba su concurrencia al Colegio San Luis
Gonzaga que había sido fundado en Quito el año anterior. No fuimos compañeros
de aula sino del mejor ambiente educativo de la época, el de la Compañía de Jesús.
Luis del Castillo
alternó con él desde edad muy temprana ya que fueron vecinos de barrio en la
esquina de las calles Chile y López, pleno centro de la ciudad y luego
compañeros de banco en la muy cercana Escuela del Cebollar de los Hermanos
Cristianos. “Fuimos grandes amigos y lo pasamos de todo con gran alegría”, me
cuenta.
“A mas de ser un gran profesional, conocido a nivel nacional, fue un magnífico amigo, amoroso padre, fiel esposo y ferviente cristiano” |
Ambos fueron luego al Gonzaga para el Bachillerato y en 1966
se lanzaron al mundo con el diploma bajo el brazo, Marcelo en la especialización
de Químico-Biólogo y Luis como Físico-Matemático. Coincidieron para los estudios superiores en la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador (PUCE), en la que Marcelo siguió la carrera de
Derecho.
Aun en el Colegio
Marcelo Icaza encontró su alma gemela en el Colegio de la Providencia, ubicado frente
al Gonzaga, en la persona de Carmen Díaz. Años después se casaron y formaron
familia con sus hijos Sofía, Anita y
Marcelo. “Le habíamos puesto el apodo de perro y muy pronto se enamoró de la Carmencita
Díaz”, rememora Luis del Castillo.
El también abogado
Julio Ortiz Loor lo recuerda como “un excelente amigo y profesional”. Fueron
compañeros en la cátedra y en la Superintendencia de Compañías. “Marcelo fue a trabajar
a la Procuraduría y cuando regresó a la Superintendencia de Compañías fue
Intendente de Quito y Superintendente encargado”, dijo.
“Toda tu vida fuiste
hombre de consulta, sincero, generoso, certero”
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En la Procuraduría
General del Estado se desempeñó como Asesor y Secretario General; y, integró el
Banco Nacional de Fomento en el Departamento Jurídico del cual fue su Director,
encargándose de elaborar la normativa para entrega de créditos y recuperación
que aun forma parte de los instrumentos legales de esa institución financiera
estatal.
En la necrópolis de
Monte Olivo se recordó que Marcelo Icaza Ponce “llegó a coronar una de las
metas mas sonadas de los profesionales del derecho, como es el de haber sido
Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia en el área de lo contencioso
administrativo”. Su obra en Derecho Societario es materia de consulta en los
centros universitarios del país.
Después de una vida
prolífica Marcelo descansa ahora en la ciudad de los muertos. Quien esto
escribe, como periodista, tuvo en él una importante fuente sobre delicados
temas económico-jurídico-societarios. Desde esta tierra de pesares le rindo mi
homenaje como, estoy seguro, lo hacen la totalidad de sus familiares y amigos. ¡Descansa
en paz!
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