Este blog lamenta
comunicar que hoy, en Quito, falleció Marcelo Icaza Ponce, querido integrante
de la comunidad de Antiguos Alumnos del San Luis Gonzaga. Formó parte de la segunda
promoción, 1960-1966 y tras graduarse encaró con honores la carrera de Derecho obteniendo
el título de Abogado y doctor en Jurisprudencia.
De 64 años fue compañero
de infancia y de toda la vida estudiantil de Guillermo Vasco, Ignacio Díaz,
Hugo Freire y de Luis del Castillo, entre otros. Desolado Guillermo me cuenta
tras regresar de Monte Olivo que fue amigo, compañero y colega de profesión. “Ahora
se ha ido, es de no creerlo”, dice Guillermo Vasco sumamente consternado.
Marcelo falleció de
complicaciones pulmonares tras una larga y penosa enfermedad que le obligó a
permanecer en casa. El médico Luis Martínez, también del Gonzaga, me contó hace
más de dos años que Marcelo afrontaba graves problemas de salud. Ignacio Díaz
me confió que Martínez le convenció que era necesario vivir y no simplemente
dejarse morir.
Estudió en la
escuela del Cebollar tras lo cual pasó al San Luis Gonzaga y luego fue a la
Universidad Católica. Una vida marcada por un exigente proceso educativo en los
mejores establecimientos que hace medio siglo formaban a la juventud. Casado
con Carmelita Díaz procrearon a Sofía, Anita y Marcelo Icaza Díaz, que
estuvieron junto a él en su lecho de muerte.
Su paso por la vida
pública fue intenso y prolífico. Como periodista lo encontré siempre amigo y
colaborador en el Banco de Fomento, la Procuraduría General del Estado, en la
Superintendencia de Compañías -en donde llegó a ocupar la máxima dignidad- hasta
llegar a la dignidad de Juez de la Corte Suprema de Justicia en el área de lo
contencioso administrativo.
En la web se
encuentran rastros de su contribución académica y científica, en especial por haber escrito y publicado su obra culmen en
Derecho Societario que continua siendo materia de consulta en todas las Universidades
del país. Amante de su casa y familia, cultor de la música en el canto, atento
y servicial con los que necesitaban ayuda, alegre y dicharachero. Eso fue
Marcelo.
Recibio el homenaje de sus familiares y amigos en Monte Olivo, en donde la tarde de este sábado fue enterrado
Ha llegado al
encuentro con su Creador. ¡Que descanse en paz!
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