jueves, 24 de abril de 2008

Reunión del 20 de Abril y el Salón del Milagro

Aquí fue el Milagro

Tal como se programó, el pasado domingo mantuvimos una interesante reunión los Gonzagas -en su mayor parte de integrantes de la primera promoción 1959-1965- en las dependencias del Colegio, específicamente del Salón del Milagro que, según se informó oficialmente, podría convertirse en un lugar abierto y de acceso a todo público.

En efecto, el Padre Paco Espinosa que con gran amabilidad se constituyó en el anfitrión de la cita, nos contó que nuestro querido Colegio podría convertirse a breve plazo en un Hotel Conventual -supongo que destinado a albergar a gente religiosa- y en un Museo que relate la acción de la Compañía de Jesús en el Ecuador.

Anotó que el Superior de la Residencia de San Ignacio proyecta -y para ello requiere del apoyo de todos nosotros- efectuar cambios en la arquitectura del Salón del Milagro y áreas aledañas, para hacerlos accesibles, en forma directa, desde la calle Benalcázar, poniendo fin a los impedimentos que actualmente existen.

Lourdes en Francia y Fátima en Portugal, como centros de culto mariano, están enclavadas en los sitios exactos en donde ocurrieron las revelaciones. En el caso de la Dolorosa del Colegio de Ecuador, el punto en donde se dio el Milagro es prácticamente desconocido y la imagen protagonista se halla a varios kilómetros de distancia.

La intención, entonces, es que el Salón del Milagro sea público y se constituya en un centro de culto, en sus distintas manifestaciones y no como ahora en que un grupo de “escarapelados” mal encarados, ponen todo tipo de obstáculos a los pocos curiosos que desean conocer el sitio en donde ocurrió todo un viernes 20 de abril de 1906.

Considero que para los Gonzagas la iniciativa debe ser asumida como propia y alguien, de los varios profesionales que existen en las distintas promociones, debería asumir la transformación arquitectónica del lugar, para cuya ejecución, estoy seguro, se podría contar con diferentes formas de financiamiento.

El Padre Espinosa solicitó que los Gonzagas que deseen hacerlo, envíen una comunicación al Padre Fernando Barredo, Superior de la Residencia San Ignacio, para transmitirle su apoyo a la iniciativa que, en el sentido mencionado, lleva adelante. En próximas reuniones de la Primera Promoción del Gonzaga abordaremos el tema.

La reunión

Una parte de los asistentes, de izquierda a derecha, Gómez, Cappelo, Cárdenas, Cantuña, Sandoval, Paz y Miño, Quiroz, Nieto, Cadena y Proaño

Tras concentrarnos en el atrio de la Iglesia de la Compañía pasamos, por el interior del templo, a las dependencias del que fue nuestro Colegio. Enormes campanas de bronce han sido ubicadas en los corredores inferiores. En las aulas y oficinas anexas se instalaría el Museo de la Compañía de Jesús.

La organización religiosa, tras ser fundada por el español Ignacio de Loyola en 1540, envió a sus primeros sacerdotes, desde Perú, en 1574. El establecimiento oficial de los Jesuitas en la Real Audiencia de Quito data de 1586. Entre 1773 y 1884 la Compañía estuvo extinguida y, en dos ocasiones, fue expulsada del Ecuador.

Considero que un Museo muy bien montado, podría ser sitio de visita obligada de propios y extraños. En la muestra, el Colegio San Luis Gonzaga de Quito, Ecuador, fundado en 1959 y que hasta 1965 completó en forma sucesiva sus seis cursos, podría ser un destacado protagonista. Vamos a ver que pasa.

Asistieron; Carlos Nieto, Ramón Gómez, Edison Proaño, Edgar Redín, Pablo Endara, Francisco Cappelo, Guillermo Cárdenas, Leonardo Quiroz, Fernando Paz y Miño, Jorge Cadena y su esposa, Hernán Cantuña, Jorge Aguirre, Kleber Jaramillo. Asistieron, por primera ocasión, Jaime Crespo, al que conocimos vistiendo hábitos y quien fuera nuestro compañero hasta Quinto Curso, Eduardo Sandoval.

Jaime Crespo y Eduardo Sandoval

El acto litúrgico se cumplió al interior del Salón del Milagro. En la homilía el Padre Espinosa planteó una idea: que los Gonzagas que así lo deseen y que pertenezcan a cualquiera de sus Promociones, se pongan de acuerdo para tener lo que en nuestra época se llamaba un “retiro espiritual”. La idea fue lanzada y aquí se la consigna.

Tras la Misa cantamos el nunca olvidado “Himno a la Dolorosa”, uno de cuyos versos quedó flotando en el ambiente: hoy soy tu hijo, hoy yo te adoro, hoy te prometo perenne fe, ¿pero mañana?, ¿dentro de un año?, ¿dentro de veinte?, ¡ay! ¿te querré?
Yo inquiero: ¿cuál es la respuesta de cada uno de nosotros a esas preguntas?

A continuación, en el patio del Colegio, captamos las fotografías para la posteridad, algunas de las cuales se insertan en este blog. Este editor se compromete, para próximas entregas, recopilar y publicar una galería fotográfica que se titulará: “Lo que fuimos ayer y lo que somos hoy”. Allí podremos vernos como fuimos y como somos.
Una de las enormes campanas de bronce que han sido ubicadas en los corredores bajos del Colegio

Luego vino el desbande general, quizás no sea, hasta dentro de un año. Se informó que el convite se realzaría en el Rincón Chileno de la Seis de Diciembre y Orellana. Este Editor debió excusarse por tener que atender asuntos académicos, que se prolongaron y que le impidieron testimoniar en forma oportuna todo lo relativo a la reunión.





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