sábado, 28 de septiembre de 2013

Falleció Marcelo Icaza Ponce. ¡Que descanse en paz!




Este blog lamenta comunicar que hoy, en Quito, falleció Marcelo Icaza Ponce, querido integrante de la comunidad de Antiguos Alumnos del San Luis Gonzaga. Formó parte de la segunda promoción, 1960-1966 y tras graduarse encaró con honores la carrera de Derecho obteniendo el título de Abogado y doctor en Jurisprudencia.

De 64 años fue compañero de infancia y de toda la vida estudiantil de Guillermo Vasco, Ignacio Díaz, Hugo Freire y de Luis del Castillo, entre otros. Desolado Guillermo me cuenta tras regresar de Monte Olivo que fue amigo, compañero y colega de profesión. “Ahora se ha ido, es de no creerlo”, dice Guillermo Vasco sumamente consternado.

Marcelo falleció de complicaciones pulmonares tras una larga y penosa enfermedad que le obligó a permanecer en casa. El médico Luis Martínez, también del Gonzaga, me contó hace más de dos años que Marcelo afrontaba graves problemas de salud. Ignacio Díaz me confió que Martínez le convenció que era necesario vivir y no simplemente dejarse morir.

Estudió en la escuela del Cebollar tras lo cual pasó al San Luis Gonzaga y luego fue a la Universidad Católica. Una vida marcada por un exigente proceso educativo en los mejores establecimientos que hace medio siglo formaban a la juventud. Casado con Carmelita Díaz procrearon a Sofía, Anita y Marcelo Icaza Díaz, que estuvieron junto a él en su lecho de muerte.

Su paso por la vida pública fue intenso y prolífico. Como periodista lo encontré siempre amigo y colaborador en el Banco de Fomento, la Procuraduría General del Estado, en la Superintendencia de Compañías -en donde llegó a ocupar la máxima dignidad- hasta llegar a la dignidad de Juez de la Corte Suprema de Justicia en el área de lo contencioso administrativo.

En la web se encuentran rastros de su contribución académica y científica, en especial  por haber escrito y publicado su obra culmen en Derecho Societario que continua siendo materia de consulta en todas las Universidades del país. Amante de su casa y familia, cultor de la música en el canto, atento y servicial con los que necesitaban ayuda, alegre y dicharachero. Eso fue Marcelo.

Recibio el homenaje de sus familiares y amigos en Monte Olivo, en donde la tarde de este sábado fue enterrado

Ha llegado al encuentro con su Creador. ¡Que descanse en paz!

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