Fotografía captada en Riobamba el 15 de abril de 1964. Aparecen, de pie, de izquierda a derecha, Proaño, Negrete (+), Villegas, Pérez (+), Valencia (+). En cuclillas: Nieto, del Castillo, Andrade, Burgos y Gómez
Continuando nuestra serie sobre anécdotas y recuerdos del medio siglo transcurrido en el San Luis Gonzaga de Quito, Ecuador, este blog se complace en reproducir un texto enviado por Patricio Burgos, de la Segunda Promoción 1960-1966. Él escribe:
Si, era el año 1965, frisaba quizás los 15-16 años….estaba en cuarto curso de mi inolvidable colegio. Desde que ingresé a él fui seleccionado de basket ball, por mi habilidad, destreza y sobre todo puntería. Llegué a ser titular del quinteto que representaba al Gonzaga, junto a Carlos Villegas, Fernando Negrete, Juan Bustos y Carlos Andrade. A nosotros se unían Edison Proaño, Carlos Nieto, Ramón Gómez, Luis Del Castillo y Arturo Pérez.
En aquel año fuimos invitados por el Colegio San Felipe de la ciudad de Riobamba a participar en mini campeonato de colegios jesuitas, a los cuales se unieron el San Gabriel de la ciudad de Quito y el Borja de la ciudad de Cuenca. Precisamente este evento se celebraba en una fecha próxima a la 21 de abril, fiesta de esa hermosa ciudad.
Por una serie de circunstancias, la rivalidad entre los Gonzagas y los “cauchos” del San Gabriel era por demás conocida. Nos enfrentamos, deportivamente, un sin número de ocasiones con resultados favorables y en contra y claro siempre unos y otros esperábamos la revancha.
Regresando al evento de Riobamba, se jugaba la final de aquel festejo, entre los equipos del San Gabriel y el Gonzaga. El entrenador de este último, nuestro colegio, era José Sandoval, a quien cariñosamente le decían “el negro”, gran jugador entonces, titular del Liga Deportiva Universitaria, equipo de basket de pichincha que causaba furor en aquella época. Y claro a este evento el “negro”, llevó a su amigo del alma a Marco Vallejo, conocido en Quito como “papico” (+), quien las oficiaba como árbitro de basket de la Concentración Deportiva de Pichincha. Y precisamente a él le tocó arbitrar ese cotejo final…el que estamos recordando. Por el lado del San Gabriel, jugaban un amigo “patuchito” de apellido Andrade, otro amigo de apellido Yépez, luego el Arq., Eduardo Valencia, Econ., más viejito, profesor de la Universidad Católica, otro muchacho de apellido Ladky (así se pronunciaba…), etc.etc.
Previo al cotejo que se celebraba a las 19h00 – 19h30, los responsables de nuestro equipo, nos agasajaron llevándonos entre las 15h00 y 16h00, a recorrer algunos lugares turísticos, en los cuales aprovechamos para servirnos algunos platos típicos: las famosas “cholas” de sal y dulce (hirviendo), una fritadas con chorizos…tortillas y tostado, etc. etc., no realmente con cerveza, yo únicamente con “colas” heladas y agua de Guitig, también helada. Esta mezcla, a mi me causó un daño estomacal severo, de pronto tenía que volar al baño y con mucha frecuencia.
Y bueno, empezó el encuentro, yo siendo titular no podía jugar por el inconveniente que les cuento, mis apuros de ir al baño, prácticamente cada cinco minutos. No obstante permanecía lo que podía en la banca de suplentes.
El juego era cada vez más reñido, se jugaba con pasión, con fervor, el Colegio San Felipe, dueño de casa y anfitrión se alineó con el Gonzaga, precisamente por su antagonismo con el San Gabriel, antes que por su afinidad con el Gonzaga. Y bueno el hecho es que lo teníamos a favor. El partido concluía…faltaban posiblemente 3 minutos y el San Gabriel nos ganaba con 3 puntos…el griterío de los sangabrielinos y los del San Felipe era endemoniado, los del Gonzaga, no muchos era menor y se confundía con los del San Felipe alineados a los del Gonzaga. De pronto Pepe Sandoval decide pedir un “taimao” así se decía, y me ordena entrar a jugar como titular en semejante momento lleno de gritos a favor y en contra…y yo con semejantes apuros. Y bueno tuve que entrar…de pronto voy a la esquina y desde allí lanzo la pelota al aro y adentro se ha dicho, pasamos a perder con 1 punto, se reinicia el cotejo con un griterío infernal y como por arte de magia la pelota vuelve a mis manos y de y colegio pasa a ganar con 1 punto, y claro las barras reventaron, todos enloquecieron y el árbitro del cotejo, “pana” del Pepe Sandoval, ni corto ni perezoso, pitó la finalización del cotejo…la euforia se hizo presente…los abrazos, el carga montón, etc. Y claro yo por haber definido el partido fui objeto de las mayores felicitaciones, con “abrazos de oso”, levantada en hombros, etc. pero resulta que quería ir al baño y de apuro, más que antes por el trato “afectuoso” que recibí…pero fue inútil, no pude como quería y como me pedía el cuerpo, el hecho es que un hincha me puso sobre sus hombros y al cabo de unos minutos me votó, no sé si porque no me avanzaba, o por que,….el hecho es que pude ir al baño volado, creo que fuera de tiempo, pero al fin pude ir…seguramente me demoré, quemé tiempo, pero al final tuve que salir, cuando la euforia había pasado…pese al inconveniente relatado, fuimos triunfadores…Pepito Sandoval y Marco “papico” Vallejo con justicia llegaron a la madrugada, con el pretexto de que se habían ido a una “acción de gracias”, luego de cuya “ceremonia seguramente bebieron “vino de consagrar” seguramente, porque se notaba….a leguas.
Esta es una de tantas anécdotas, otro día les cuento otra…cuando me tocó dar un examen de natación en la piscina del San Gabriel….
Saludos
Pato Burgos
Comentario del Editor
Este espacio está abierto a todo tipo de colaboraciones como la enviada por Patricio Burgos. Los ideal es incluir una fotografía o algún gráfico para alegrar el texto. Pero sí no es posible, no es problema. Lo ideal es compartir los grandes momentos que pasamos en el Gonzaga.