lunes, 30 de septiembre de 2013

Marcelo Icaza Ponce: una vida de honor dedicada a la ley, el servicio y el bien público

La vida de Marcelo Icaza Ponce fue de constante superación”



El sábado 28 de septiembre murió en Quito un gran hombre y amigo, tras dedicar gran parte de su vida al servicio público en el foro especializado, la cátedra universitaria y la vigencia plena de la justicia, sin descuidar sus responsabilidades de ciudadano, esposo y padre. Ante su catafalco queremos rendirle un homenaje de amistad y compañerismo.
Marcelo Icaza Ponce fue un hombre bueno. Personalmente lo recuerdo circunspecto en la vida pública. Lo conocí en1960 cuando chúcaro iniciaba su concurrencia al Colegio San Luis Gonzaga que había sido fundado en Quito el año anterior. No fuimos compañeros de aula sino del mejor ambiente educativo de la época, el de la Compañía de Jesús.
Luis del Castillo alternó con él desde edad muy temprana ya que fueron vecinos de barrio en la esquina de las calles Chile y López, pleno centro de la ciudad y luego compañeros de banco en la muy cercana Escuela del Cebollar de los Hermanos Cristianos. “Fuimos grandes amigos y lo pasamos de todo con gran alegría”, me cuenta.
“A mas de ser un gran profesional, conocido a nivel nacional, fue un magnífico amigo, amoroso padre, fiel esposo y ferviente cristiano”




Ambos fueron  luego al Gonzaga para el Bachillerato y en 1966 se lanzaron al mundo con el diploma bajo el brazo, Marcelo en la especialización de Químico-Biólogo y Luis como Físico-Matemático. Coincidieron  para los estudios superiores en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), en la que Marcelo siguió la carrera de Derecho.
Aun en el Colegio Marcelo Icaza encontró su alma gemela en el Colegio de la Providencia, ubicado frente al Gonzaga, en la persona de Carmen Díaz. Años después se casaron y formaron familia con  sus hijos Sofía, Anita y Marcelo. “Le habíamos puesto el apodo de perro y muy pronto se enamoró de la Carmencita Díaz”, rememora Luis del Castillo.
El también abogado Julio Ortiz Loor lo recuerda como “un excelente amigo y profesional”. Fueron compañeros en la cátedra y en la Superintendencia de Compañías. “Marcelo fue a trabajar a la Procuraduría y cuando regresó a la Superintendencia de Compañías fue Intendente de Quito y Superintendente encargado”, dijo.
“Toda tu vida fuiste hombre de consulta, sincero, generoso, certero”


En la Procuraduría General del Estado se desempeñó como Asesor y Secretario General; y, integró el Banco Nacional de Fomento en el Departamento Jurídico del cual fue su Director, encargándose de elaborar la normativa para entrega de créditos y recuperación que aun forma parte de los instrumentos legales de esa institución financiera estatal.
En la necrópolis de Monte Olivo se recordó que Marcelo Icaza Ponce “llegó a coronar una de las metas mas sonadas de los profesionales del derecho, como es el de haber sido Ministro Juez de la Corte Suprema de Justicia en el área de lo contencioso administrativo”. Su obra en Derecho Societario es materia de consulta en los centros universitarios del país.
Después de una vida prolífica Marcelo descansa ahora en la ciudad de los muertos. Quien esto escribe, como periodista, tuvo en él una importante fuente sobre delicados temas económico-jurídico-societarios. Desde esta tierra de pesares le rindo mi homenaje como, estoy seguro, lo hacen la totalidad de sus familiares y amigos. ¡Descansa en paz!